¿Trump, el Gran Satán del Clima Mundial?
José Luis Lezama
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El
arribo de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos parece confirmar
esa especie de ley de Murphy según la
cual: ‘Si hay un escenario climático peor que el actual, este escenario se producirá’.
Así parece vivirlo hoy día la comunidad internacional preocupada por el futuro
del clima planetario.
No es para menos;
Donald Trump no es solo un negador
del cambio climático, es además el presidente electo del país más poderoso del
mundo, con la economía más fuerte y con los mayores impactos en el consumo de mercancías,
de energía y de recursos de la naturaleza a escala planetaria, es también el segundo
más grande emisor de gases de efecto invernadero.
Muchos
en la comunidad internacional piensan que será difícil para el nuevo presidente
dar marcha atrás en todas las iniciativas y compromisos climáticos de Estados
Unidos. Por el contrario, pienso que el presidente puede encontrar los
mecanismos para hacerlo y retirar a Estados Unidos de los Acuerdos de París; otra cosa es si lo hará y si, por otra parte, le
conviene a esa nación y a su economía hacerlo.
Un escenario es la
retirada de Estados Unidos de la Convención Marco sobre Cambio Climático de las
Naciones Unidas, lo cual facilitaría su salida de Los Acuerdos; otra posibilidad es la cancelación de las ordenes
ejecutivas a favor del medio ambiente del presidente Obama, mediante otras ordenes
ejecutivas equivalentes dado que, éstas, y Los
Acuerdos no pasaron por el Senado. Una más simplona es, como ha dicho el
señor Trump, simplemente borrar la firma de Estados Unidos de los Acuerdos.
No
será fácil retirarse, es cierto; hay muchos obstáculos de por medio. Uno tiene
que ver con la necesidad de negociar con sus aliados internacionales; otro son los
candados que pusieron los
negociadores del presidente Obama para dificultar que Estados Unidos pudiera
retirarse. Otros obstáculos tienen que ver con los litigios legales que pondrán
en práctica las organizaciones civiles y ambientalistas estadounidenses para frenar
las iniciativas de Trump; también hay que considerar las protestas en las
calles de los ciudadanos en diversas ciudades de la unión americana.
Más importantes aún son
las fuerzas económicas en marcha actualmente que harán difícil al presidente
Trump echar abajo la reconversión a gas de las centrales eléctricas y el actual
Plan de Energía Limpia en su conjunto.
Para hacerlo tendría que, contraviniendo las fuerzas del mercado, lograr
primero que el precio del gas subiera y el del carbón bajara, lo cual es
contrario a la tendencia actual. La baja del precio del gas se debió a la
entrada en escena del shale gas, del
cual Trump es ferviente promotor. Otro aspecto de la economía mundial que debe
tomarse en cuenta, es la importancia que las energías renovables están
teniendo, no necesariamente en el medio ambiente, sino en la economía mundial. Las inversiones en este
sector aumentan cada año. El año pasado representaron más de la mitad de la capacidad neta añadida de generación de
electricidad a escala mundial, según la Agencia Internacional de Energía. China
es el país que más invierte actualmente en renovables, y este sector se ha
convertido en una de sus principales fuentes de divisas. La energía renovable
es hoy día un negocio rentable del que Estados Unidos se quedaría marginado de
llevarse a cabo las promesas de Trump.
¿Es
sólo Trump la única amenaza para que los apocalípticos escenarios climáticos
del mundo se cumplan?. En Muchas partes del mundo, incluyendo a México, el
factor Trump está justificando la inacción, e incluso las incapacidades y falta
de voluntad de los líderes y las élites nacionales para tomar iniciativas a
favor de sus pueblos y del planeta. Tomar a Trump como factor explicativo de
todo fracaso e inacción, es suponer que sin Trump en escena, todos los demás
países marcharían en una ejemplar ‘hermandad’ por el medio ambiente.
Lo cierto es que si se
retira Estados Unidos, que representa cerca del 18 por ciento de las emisiones,
el resto del mundo seguiría siendo responsable de más del 80 por ciento restante
del carbono causante del calentamiento, y tendría que responder por ello, lo
cual no quiere decir que las emisiones estadounidenses no importen.
El verdadero Gran Satán del clima planetario es la
simulación de aquellos países que hacen grandes ofrecimientos en los tratados
internacionales, firman todo, pero hacen muy poco en el interior de sus países
para tomar medidas efectivas contra el cambio climático, que promulgan una
legislación que nadie cumple, y que dejan a las instituciones fiscalizadoras sin
verdaderos poderes para hacer cumplir las leyes, al tiempo que cierran los
espacios democráticos a aquella ciudadanía que desea sumarse a la causa
ambiental. Los jefes de Estado de estas naciones firmaron Kioto y ninguno de
ellos cumplió. Aún sin Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos,
estos factores serían suficientes para avanzar hacia la anunciada catástrofe
climática.
Dr. José Luis Lezama
Profesor-Investigador
El Colegio de México
Doctor en Política Ambiental por el University College
London.
Ex-Profesor
Visitante en el Massachusetts Institute of Technology.
@jlezama
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