Para entender la contaminación
José
Luis Lezama
Para entender la contaminación
José
Luis Lezama
Las causas de la
contaminación
Es común atribuir la contaminación del
aire en el Valle de México, sobre todo entre quienes la generan y algunos de
quienes dicen combatirla, a causas aparentemente obvias. Se menciona, por
ejemplo, las condiciones orográficas, la falta de vientos, lluvias, la
luminosidad en el Valle, etcétera. La contaminación no la produce la
meteorología, la orografía, ni la dirección o intensidad de los vientos, la
producen principalmente los vehículos automotores y la industria de la ciudad
de México y del Estado de México, lo demás son agravantes.
Las declaraciones de la secretaria Tania Müller,
en el sentido de que la contaminación se produce en el Estado de México, y que
los vientos la traen a la capital del país, ejemplifican esta forma de pensar.
Ciertamente
los vientos transportan los contaminantes de un lado a otro, incluso, entre
países y continentes. No mencionó la secretaria a dónde van los contaminantes
que la ciudad produce, qué otras entidades o territorios reciben los millones de
toneladas que se generan en la capital del país.
Pero su
misma lógica la podría aplicar al DF. De
tal manera que tendría que decir que la contaminación que se genera en el
norte, centro y oriente de la ciudad de México, y que se transporta por los
vientos al sur y otras zonas de la capital, debe ser atendida únicamente por
las delegaciones correspondientes, y que las delegaciones receptoras de contaminantes, y el mismo
gobierno central de la ciudad, no tienen ninguna responsabilidad al respecto.
No se le
ocurrió tampoco a la secretaria señalar que la ciudad de México, recibe
millones de litros de agua limpia del Cutzamala y otras fuentes y le envía
millones de litros de aguas negras al Mezquital y otros sitios del país.
Una
flota vehicular y una planta industrial obsoleta y contaminante
De los alrededor de 5 millones de
vehículos automotores que circula en el Valle de México, sólo los automovilistas
privados están sujetos a un sistema más o menos formal de Verificación
Vehicular, particularmente los de la ciudad de México en donde, a pesar de
actos de corrupción detectados en diversos verificentros, el control y
vigilancia que ejerce sobre ellos la autoridad es mucho más estricto que en el
Estado de México.
Todos los otros medios de transporte, de
pasajeros, de carga, locales y foráneos, particularmente cuando están
organizados en corporaciones o grupos de presión, no están sometidos a un verdadero
sistema de verificación. Esta flota vehicular, particularmente los de carga,
los materialistas y demás equipos y maquinaria
utilizados en la industria de la construcción, y también una gran
proporción de los vehículos gubernamentales, del sistema de limpia y de servicios
urbanos, obras públicas, etcétera, no sólo emiten enormes volúmenes de
contaminantes, sino que lo hacen de manera ostensible e impune. No hay ninguna
otra explicación posible para verlos en las calles que la complacencia y
complicidad gubernamental.
Por su parte, las sustancias que emite la
planta industrial a la atmósfera metropolitana permite deducir, no sólo la
obsolescencia de su maquinaria y equipos, sino también la calidad de los
combustibles utilizados y la ineficiencia de sus procesos productivos.
Las Soluciones
a)
En el plano macro, una planeación urbana en
concordancia con la del transporte y la ambiental.
b)
Todos los modos de transporte actualmente
compiten entre sí por los pasajeros. Urge una verdadera articulación modal.
c)
Las
unidades de transporte, incluidos los taxis, se encuentran en pésimas
condiciones mecánicas, físicas y son altamente contaminantes; urge su renovación
y mantenimiento permanente.
d)
Imponer un sistema de verificación estricta,
efectiva y transparente en toda la megalópolis al transporte de carga, de
pasajeros intra-megalopolitano, federal, gubernamental y de la industria de la
construcción, que constituyen un ámbito de ilegalidad, de no aplicación
tolerada de las leyes ambientales.
e)
Obligar a los fabricantes de vehículos a vender
en el mercado nacional vehículos con los mismos estándares que los que se
exportan a Estados Unidos.
f)
Crear una verdadera autoridad metropolitana o
megalopolitana e instituciones fiscalizadoras con poderes constitucionales e
independencia para definir políticas en estos ámbitos regionales, y una
fiscalía dotada de independencia y poderes constitucionales hacer cumplir las
normas ambientales.
g)
Revisar, fiscalizar, y modernizar el sistema de
generación, trasmisión y difusión de la información referente a la
contaminación atmosférica.
Las causas de la
contaminación
Es común atribuir la contaminación del
aire en el Valle de México, sobre todo entre quienes la generan y algunos de
quienes dicen combatirla, a causas aparentemente obvias. Se menciona, por
ejemplo, las condiciones orográficas, la falta de vientos, lluvias, la
luminosidad en el Valle, etcétera. La contaminación no la produce la
meteorología, la orografía, ni la dirección o intensidad de los vientos, la
producen principalmente los vehículos automotores y la industria de la ciudad
de México y del Estado de México, lo demás son agravantes.
Las declaraciones de la secretaria Tania Müller,
en el sentido de que la contaminación se produce en el Estado de México, y que
los vientos la traen a la capital del país, ejemplifican esta forma de pensar.
Ciertamente
los vientos transportan los contaminantes de un lado a otro, incluso, entre
países y continentes. No mencionó la secretaria a dónde van los contaminantes
que la ciudad produce, qué otras entidades o territorios reciben los millones de
toneladas que se generan en la capital del país.
Pero su
misma lógica la podría aplicar al DF. De
tal manera que tendría que decir que la contaminación que se genera en el
norte, centro y oriente de la ciudad de México, y que se transporta por los
vientos al sur y otras zonas de la capital, debe ser atendida únicamente por
las delegaciones correspondientes, y que las delegaciones receptoras de contaminantes, y el mismo
gobierno central de la ciudad, no tienen ninguna responsabilidad al respecto.
No se le
ocurrió tampoco a la secretaria señalar que la ciudad de México, recibe
millones de litros de agua limpia del Cutzamala y otras fuentes y le envía
millones de litros de aguas negras al Mezquital y otros sitios del país.
Una
flota vehicular y una planta industrial obsoleta y contaminante
De los alrededor de 5 millones de
vehículos automotores que circula en el Valle de México, sólo los automovilistas
privados están sujetos a un sistema más o menos formal de Verificación
Vehicular, particularmente los de la ciudad de México en donde, a pesar de
actos de corrupción detectados en diversos verificentros, el control y
vigilancia que ejerce sobre ellos la autoridad es mucho más estricto que en el
Estado de México.
Todos los otros medios de transporte, de
pasajeros, de carga, locales y foráneos, particularmente cuando están
organizados en corporaciones o grupos de presión, no están sometidos a un verdadero
sistema de verificación. Esta flota vehicular, particularmente los de carga,
los materialistas y demás equipos y maquinaria
utilizados en la industria de la construcción, y también una gran
proporción de los vehículos gubernamentales, del sistema de limpia y de servicios
urbanos, obras públicas, etcétera, no sólo emiten enormes volúmenes de
contaminantes, sino que lo hacen de manera ostensible e impune. No hay ninguna
otra explicación posible para verlos en las calles que la complacencia y
complicidad gubernamental.
Por su parte, las sustancias que emite la
planta industrial a la atmósfera metropolitana permite deducir, no sólo la
obsolescencia de su maquinaria y equipos, sino también la calidad de los
combustibles utilizados y la ineficiencia de sus procesos productivos.
Las Soluciones
a)
En el plano macro, una planeación urbana en
concordancia con la del transporte y la ambiental.
b)
Todos los modos de transporte actualmente
compiten entre sí por los pasajeros. Urge una verdadera articulación modal.
c)
Las
unidades de transporte, incluidos los taxis, se encuentran en pésimas
condiciones mecánicas, físicas y son altamente contaminantes; urge su renovación
y mantenimiento permanente.
d)
Imponer un sistema de verificación estricta,
efectiva y transparente en toda la megalópolis al transporte de carga, de
pasajeros intra-megalopolitano, federal, gubernamental y de la industria de la
construcción, que constituyen un ámbito de ilegalidad, de no aplicación
tolerada de las leyes ambientales.
e)
Obligar a los fabricantes de vehículos a vender
en el mercado nacional vehículos con los mismos estándares que los que se
exportan a Estados Unidos.
f)
Crear una verdadera autoridad metropolitana o
megalopolitana e instituciones fiscalizadoras con poderes constitucionales e
independencia para definir políticas en estos ámbitos regionales, y una
fiscalía dotada de independencia y poderes constitucionales hacer cumplir las
normas ambientales.
g)
Revisar, fiscalizar, y modernizar el sistema de
generación, trasmisión y difusión de la información referente a la
contaminación atmosférica.
@jlezama
Dr. José Luis Lezama
Profesor-Investigador
El Colegio de México
Doctor en
Política Ambiental por el University College London
Profesor Visitante en el Massachusetts
Institute of Technology
http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/colaboracion/jose-luis-lezama/nacion/2016/03/27/para-entender-la-contaminacion
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