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Sábado 14 de Junio 2014
Esclavitud hoy
José
Luis Lezama
La persistencia de la esclavitud y
sus profundas conexiones con la economía mundial contemporánea podría hacernos
pensar en esta institución, aparentemente abolida, como algo necesario,
inherente o inevitable del capitalismo y de la modernidad de quien se asumió
era su antítesis. Podría también llevarnos a pensar que no sólo es una
categoría universal sino también trans-temporal, trans-territorial, es decir,
natural.
Edward Wilson, el principal
especialista en el estudio de las hormigas en el mundo sostiene que la
esclavitud no es una práctica exclusiva de los humanos; de acuerdo a sus
investigaciones existen al menos 35 especies de hormigas que practican la
esclavitud. De acuerdo a Wilson, muchas especies de hormigas forman comandos
que asaltan hormigueros vecinos, roban los huevos o larvas para alimentarse o
para ponerlas a trabajar en su beneficio. Vivir de las hormigas capturadas,
esclavizadas y puestas a trabajar es tan crucial para algunas especies de
hormigas que podrían morir si fueran desprovistas de sus esclavas.
El sistema capitalista moderno no
puede vivir, no parece poder vivir si no es reproduciendo e incorporando a su
propia lógica, a sus propias necesidades de reproducción algunas formas o
remanentes de las instituciones sociales que lo precedieron o que le son
contemporáneas. Esto lo demuestra no sólo la persistencia y reproducción de la
esclavitud, sino también de otras formas socioeconómicas no modernas de las
cuales se alimenta y pone bajo el comando de sus metas y de sus fines
económicos.
Ulrich Beck llama “sociedad feudal
moderna” a la sociedad capitalista vigente hasta mediados del siglo XX, por
cuanto funcionan en ella formas e instituciones feudales en las que persisten
el trabajo femenino doméstico no pagado,
la “no elección” sino la asignación
por nacimiento de las tareas del hogar a la mujer, categorías todas ellas no
modernas sino feudales. Hoy día los países desarrollados, que comandan el sistema
capitalista mundial y el modelo civilizatorio actual, funciona en estrecha
interacción y se beneficia de esta articulación con sistemas no modernos,
pre-capitalistas, a los cuales pone a funcionar para los fines de la
acumulación, el aumento de la rentabilidad y la ganancia. Esto ocurre por
ejemplo con el trabajo de los migrantes, particularmente de la migración
indocumentada en Europa y, sobre todo, en Estados Unidos.
El trabajo de los migrantes
indocumentados mexicanos y centroamericanos en Estados Unidos, a los cuales no
se les paga el valor de su fuerza de trabajo, que laboran bajo formas no
modernas, no capitalistas en los que prevalece “la extorsión” “el robo o
despojo” de su trabajo, que son condiciones pre-capitalistas y no modernas de
producción, contribuye a hacer competitiva la economía estadounidense en el
mercado mundial, de la misma manera en que los bajos salarios, la depredación
de la los recursos de la naturaleza y el trabajo forzado o semi-forzado hacen
competitiva a la economía china en ese mismo mercado internacional que se
disputan distintos bloques de países en una inmensa competencia por el trabajo
barato, los recursos naturales baratos, que les permita producir los productos
baratos que demandan los consumidores mundiales.
Un trabajo de investigación del
periódico The Guardian encontró que
la gran producción actual de camarón en Tailandia, que es una industria
multimillonaria que provee la mayor proporción de este producto a escala
mundial, se da sobre la base del trabajo esclavo, de población migrante
originaria de países vecinos que son comprados y vendidos, o hechos prisioneros
y forzados a trabajar sin retribución salarial en barcos pesqueros en alta mar,
en donde permanecen cautivos por largas temporadas, desprovistos de sus
libertades y derechos básicos; muchos de ellos viven encadenados y son golpeados,
torturados o asesinados de manera impune. La investigación muestra la
complicidad gubernamental que hace posible estas actividades.
Tailandia provee las grandes cantidades de camarón
que la dieta moderna demanda a precios baratos. Las corporaciones que distribuyen
este producto a escala mundial, como son WalMart, Carrefour, Tesco y Costco,
entre otros, se benefician de este trabajo esclavo que reditúa grandes
ganancias. La investigación llevada a cabo durante seis meses por The
Guardian sostiene que el principal consorcio productor de camarón en
Tailandia, CharoenPokphand Foods provee
a sus granjas productoras de camarón con alimento de pescado que proviene del
trabajo esclavo. (http://www.theguardian.com/global-development/2014/jun/10/supermarket-prawns-thailand-produced-slave-labour).
En Tailandia, igual que en los
distintos países en los que alrededor de 20 millones de personas, hombres,
mujeres y niños, viven en condiciones de esclavitud, esta práctica está
prohibida. En México, los migrantes centroamericanos son asaltados y en algunos
casos secuestrados y esclavizados por diversas bandas de criminales, presumiéndose
colaboración de autoridades gubernamentales. Existen denuncias de mujeres que son reducidas a servidumbre
doméstica y sexual.
La moderna sociedad industrial
establece claras demarcaciones entre sus instituciones, sus valores, su modelo
civilizatorio y el de las sociedades autoritarias que las precedieron o con las
que convive; entre otros, el valor de la democracia, la libertad, la
autodeterminación, la capacidad de elegir, el libre albedrío. En el ámbito de
la economía predica el trabajo libre y remunerado. Muchos de estos enunciados,
como señaló Foucault, se quedan en el macro-discurso. Desde sus inicios y a lo
largo de su historia, el capitalismo se ha nutrido, entre otras formas no
modernas, del trabajo esclavo. Hoy día este tipo de trabajo existe en el mundo
y alimenta al propio sistema económico mundial. Se le encuentra en las
plantaciones de soya brasileñas que alimentan la industria alimenticia mundial,
en Asia, en África. En México, hasta hace poco se denunciaba la presencia de
trabajo esclavo en plantaciones chiapanecas. Como las hormigas esclavizadoras
de Edward Wilson, la industria del pescado tailandesa desaparecería sin el
trabajo esclavo del que actualmente se nutre; también los grandes supermercados
pasarían penurias y verían menguar
sus ganancias.
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@jlezama2
(Clic en la imagen para ver el video)
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